En condiciones húmedas y de alta temperatura, los productos en polvo y granulares tienden a apelmazarse, impidiendo el flujo correcto de los polvos. La solución a esta problemática se llama sílica precipitada (SiO2), un material que está compuesto por los dos elementos más abundantes en la corteza terrestre: el oxígeno (O) y el silicio (Si).
Debido a su no toxicidad y a su capacidad para no afectar al olor, sabor y color del producto en el que es añadido, la sílica precipitada es muy empleada en la industria alimenticia, tanto para consumo humano como animal. Además, no se acumula en el organismo una vez ingerida sino que es expulsada a través de los riñones. En este sentido, es un aditivo totalmente seguro y está reconocido tanto por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Otras características destacadas de la sílica precipitada es que no se disuelve en agua, ni se descompone ni se quema si es expuesta a altas temperaturas, tiene un alto aislamiento eléctrico, una gran capacidad de absorción de agua y es porosa. Por otro lado, sus propiedades (tipo de agitación, duración de la precipitación, velocidad de adición de los reactivos, temperatura, concentración, porosidad y pH) pueden variarse según los requerimientos para su aplicación final.
En alimentación humana es empleada como aditivo en todos aquellos productos en polvo y granulares que tienen tendencia a absorber agua y apelmazarse. Tiene cuatro grandes utilidades. La primera de ellas es como apelmazamiento, al ser un aliado idóneo para mezclas alimentarias como las sales, las especias, el café y un largo etcétera. Como anti-aglomerante, tanto para encapsular las partículas en polvo como para absorber líquidos ambientales, aceites y grasas de la superficie evitando grumos. Para evitar las dificultades de flujo de sustratos, facilitando el proceso de producción, manipulación y embalaje, aumentando las cotas de embalaje. Y finalmente, para mantener las características del producto durante la manipulación, embalaje y shipping.
Los productores de alimentos para animales, en cambio, necesitan que sus productos puedan dispensarse en las granjas automatizadas con seguridad y con precisión. En estos casos, se recomienda evitar que los productos alimentarios generen mucho polvo o que obturen las vías del dispensador, impidiendo que el producto nutritivo fluya con la precisión requerida.
La sílica precipitada evita el levantamiento de polvo, además de lograr que los productos microgranulares no se apelmacen o formen tapones en los dispensadores y que pueda mezclarse con otras sustancias como vitaminas, fármacos y otros nutrientes secos en cualquier proporción. De este modo, permite controlar el flujo de los alimentos dispensados a los animales, proporcionando mayor control y un ahorro significativo en pérdidas de producto durante el proceso de alimentación animal automatizada.