¿Qué sería de la industria sin el Azufre (S)?

Este post en motivo del Año Internacional de la tabla periódica va dedicado a un viejo conocido por la humanidad, el azufre. Ya en la prehistoria, los primeros humanos utilizaban este elemento químico de símbolo S como pigmento para sus pinturas rupestres. Su presencia es una constante a lo largo de los años: Homero recoge el uso habitual de azufre para el control de pestes en un escrito de 2.800 años de antigüedad; en el siglo XII, los chinos lo emplearon para crear la pólvora; los alquimistas de la Edad Media conocían la posibilidad de combinarlo con el mercurio…

En la actualidad se usa en multitud de procesos. “Entre sus aplicaciones destacan las relacionadas con la agricultura, como su actividad de fungicida, acaricida, nutricional o acondicionador de suelos; así como las relacionadas con la industria, en la producción de neumáticos o caucho, alimentación animal o pirotecnia”, explica Pere Rullan, product manager del Grupo Barcelonesa.

Otros usos importantes se encuentran en la refinación del petróleo, la producción de pigmentos, el tratamiento del acero, la extracción de metales no ferrosos, para la producción de baterías, laxantes, cerillas e insecticidas, para blanquear el papel, como fijador en la industria fotográfica, en estaciones de depuradoras de agua, en el sector de piscinas como reductor de pH, en la fabricación de vidrio, como anti-apelmazante, coagulante, desecante o regulador de viscosidad y un largo etcétera de aplicaciones.

“El azufre es un elemento activo que se combina directamente con la mayoría de los elementos conocidos”, señala Rullan, característica que explica, en parte, su larga lista de usos. Otra gran explicación la encontramos en su abundancia: “Está en el top 10 de los elementos más abundantes en el universo”, afirma el product manager del Grupo Barcelonesa. “Hay azufre en la atmósfera, el océano, la capa terrestre y el cuerpo humano”, añade. El experto señala que es considerado un “elemento químico esencial” y, como tal, es imprescindible no sólo para la industria, “sino para la vida y para la subsistencia de algunos organismos”.

Se encuentra en grandes cantidades combinado en forma de sulfuros (pirita, galena) y de sulfatos (aljez). En forma nativa lo encontramos en las cercanías de aguas termales, zonas volcánicas y en minas de cinabrio, galena, esfalerita y estibina. Se extrae mediante el proceso Frasch, consistente en inyectar vapor de agua sobrecalentado para fundir el azufre que posteriormente es bombeado al exterior utilizando aire comprimido. También se obtiene separándolo del gas natural, el carbón y el petróleo.

Debido a sus múltiples usos es difícil imaginar una industria sin azufre. Su abundancia, facilidad de obtención y su capacidad de combinar directamente con la mayoría de los elementos conocidos lo han convertido en un elemento básico.

Barcelonesa cuenta con una amplia gama de productos derivados del azufre, destacando especialmente el ácido sulfúrico y sus sales, entre las cuales encontramos la siguiente gama de sulfatos: de aluminio, de calcio, de magnesio, de sodio, de amonio, de cobre, de zinc… y la siguiente gama de sulfitos: Sódico y Potásico.

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