En la industria es habitual aplicar pigmentos a las resinas por una cuestión muchas veces meramente estética. Sin embargo, los pigmentos son mucho más que un simple toque de color. La manipulación, compatibilidad, resistencia al sol, toxicidad y, cómo no, los precios son algunas de las principales inquietudes de las empresas que usan pigmentos para sus resinas. Acertar o errar en la compra puede suponer una gran diferencia.
“Por su ahorro en energía, personal y limpieza, los nuevos pigmentos ready to use (listos para usar) y con posibilidad de usarse in situ son los más solicitados”, afirma Pedro Alves, Business Development Manager Coatings & Composites del Grupo Barcelonesa. “Antes, para pigmentar pinturas liquidas, por tradición, se partía de la solución inicial de los pigmentos en polvo, lo que implicaba que había que prepararlos y esto suponía más suciedad, mayores necesidades de mano de obra y consumo de energía”, explica Alves.
Otra importante demanda de las compañías es que un mismo pigmento pueda servir para distintos tipos de resinas. “Es frecuente que cada tipo de resina requiera de un pigmento distinto, así que disponer de un pigmento que sirva hasta para tres resinas (PU, Epoxi y PMMA) como Senaflor (de Saville-Whittle), es todo un avance”, indica el experto de Barcelonesa.
El color tampoco es un tema menor. “Es necesario poder ofrecer al cliente la máxima variedad posible. En Barcelonesa, contamos ya con una gama de 35 referencias RAL y podemos desarrollar más colores a medida”, explica Pedro Alves. Por otro lado, “se busca que sean pigmentos con fuerza, sean resistentes a los rayos uva del sol y que el color no se pierda con el tiempo”, añade el portavoz del Grupo.
No menos importante es la toxicidad de los pigmentos, que pueden llevar compuestos orgánicos volátiles (VOC por sus siglas en inglés). Los VOC pueden ser perjudiciales para la salud de las personas y el medio ambiente. Para seguridad de los empleados y del consumidor final, es recomendable que los pigmentos sean libres de VOC.
Todas estas ‘demandas’ y tendencias de la industria deben ir acompañadas de unos precios competitivos, una rápida entrega y un buen servicio postventa. Para poder cumplir con todas estas expectativas, el Grupo Barcelonesa confía en el proveedor de pigmentos Saville-Whittle, una multinacional con más de cien años de experiencia. Barcelonesa es su único distribuidor oficial en la Península Ibérica.
Gracias a Saville-Whittle, Barcelonesa puede ofrecer a sus clientes “pigmentos ready to use, compatibles hasta con tres resinas distintas (PU, Epoxi y PMMA), libres de VOC, con una amplia gama de colores y posibilidad de crear colores a medida; todo a unos precios muy competitivos y en un periodo de entrega máximo de una semana”, asegura Pedro Alves. Saville-Whittle cuenta además con un equipo específico que trabaja continuamente en la mejora de los pigmentos, para que sigan siendo mucho más que un toque de color.
