El regaliz es uno de los ingredientes más antiguos conocido por la humanidad, y desde siempre ha sido considerado mucho más que una simple chuchería. En la antigua China se le atribuían propiedades curativas y rejuvenecedoras, al igual que en Egipto, Grecia y Roma (los egipcios describieron su poder curativo en la tumba del faraón Tutankamón).
Las raíces del regaliz son muy apreciadas en cosmética, en concreto su principio activo más importante, la glicirricina, que es un glucósido triterpenoide (saponina) cuya aglicona, el ácido glicirretínico o enoxolona, se comercializa para su utilización en cosmética.
Aunque existen diversos derivados de regaliz con propiedades antiinflamatorias tópicas, cicatrizantes y epitelizantes específicas para diferentes tipos de formulaciones, la enoxolona es el más utilizado porque es del que mejor se conoce su comportamiento y eficacia.
También se le atribuyen propiedades anti alergénicas y calmantes, siendo especialmente adecuada para aliviar pieles sensibles o irritadas. Diversos estudios, in vivo e in vitro, han confirmado las propiedades calmantes de la enoxolona, que actúa específicamente en los diferentes mecanismos de la hipersensibilidad de la piel proporcionando un alivio eficaz y duradero.
Todas estas características hacen que sea un ingrediente común en múltiples productos cosméticos, tales como emulsiones, productos para el cuidado de los labios, maquillajes, aceites para la piel, bálsamos, higiene bucal e incluso como complemento en protectores solares.
La utilización de detergentes inapropiados, los tratamientos dermoestéticos agresivos, la depilación, incluso la sal o algunos jabones, provocan la irritación y enrojecimiento de la piel, con aparición de picores y sensación de calor, por lo que su uso es particularmente beneficioso en estos casos.
El enrojecimiento y la sensación de calor en la piel están provocados por la histamina, cuya síntesis y liberación es bloqueada por la enoxolona. También se ha demostrado su alta eficacia en el tratamiento de la dermatitis atópica, reduciendo significativamente el picor y el eritema, así como para evitar reacciones cutáneas inducidas por la radioterapia, disminuyendo la sensación de quemazón, enrojecimiento y dermatitis.
Incluso los eritemas provocados por la excesiva exposición a los rayos solares, caracterizados por la hinchazón dolorosa y el enrojecimiento de la piel, llegando a presentar quemaduras ocasionalmente, pueden aliviarse gracias a la enoxolona, que por esta razón es también un ingrediente en algunos protectores solares.
En definitiva, se trata de un componente de demostrada seguridad y efectividad para el uso en cosmética y productos de cuidado personal, avalado por el panel de expertos del Cosmetic Ingredient Review, y está incluido en la lista de la FDA como un ingrediente seguro.