Estando en plena sequía, debemos pararnos a pensar en un recurso tan limitado como es el agua, aprovechando que hoy 22 de marzo se celebra su Día mundial. Además, está muy presente en varios ODS de la Agenda 2030, no solo en el 6 dedicado al saneamiento del agua, también afecta a los objetivos 7, 11, 14 y 15, enfocados a la energía, ciudades, vida submarina y ecosistemas terrestres, respectivamente.
El agua es vida, pero todavía no la reutilizamos tanto como podríamos y millones de litros de este bien limitado se malgastan en lugar de aprovecharse. Es una realidad en España y en todo el mundo: humedales que desaparecen, restricciones en el uso de agua de boca, negocios cerrados por falta de acceso a recursos hídricos, agua insalubre por no haberse depurado, uso de agua potable para refrigeración de centrales eléctricas…
Según las Naciones Unidas, no se tratan de forma segura el 44% de las aguas residuales domésticas. Como dice el lema de este año: ¡tenemos que acelerar para lograr el cambio!
¿Cómo aprovechar mejor el agua?
Hay que introducir cambios en costumbres y procesos para disminuir el uso de agua. Así se reduce su extracción, pero es inevitable que se generen residuos. Por eso hay que cambiar también la forma de tratarlos, para no depender de la fuente original.
Hay varios tipos de aguas residuales según su origen:
- Domésticas o urbanas, procedentes de viviendas y ciudades, es decir, originadas principalmente por la población.
- Industriales, procedentes de fábricas o plantas de producción energética.
- Agrícolas y ganaderas, procedentes de la actividad del primer sector y que ella misma suele encargarse de reaprovechar, con algunas excepciones.
Los contaminantes que cada una introducen en el agua son diferentes, pero todas pueden tratarse para volver a utilizarse. Este es un factor clave en la sostenibilidad porque es una forma de consumir menos y evitar que se agote este recurso natural.
¿Cómo se consigue? A través de plantas depuradoras o estaciones dedicadas a cada tipo de agua residual:
- Industriales o EDARI, en las que se tratan grasas, arenas o materias orgánicas disueltas en el agua, entre otros elementos contaminantes. Son necesarios productos específicos como coagulantes, floculantes, reguladores de pH, antiespumantes, nutrientes o cal.
- Urbanas o EDAR, son similares, pero también es necesario, por ejemplo, eliminar objetos arrojados a la red de alcantarillado, compuestos orgánicos, agentes patógenos que puedan producir o transmitir enfermedades. Algunos productos específicos para este tipo de depuradoras se encargan de reducir el fósforo y eliminar filamentos.
El objetivo de las estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) es tratarlas para poder devolverlas a su origen, sea río, mar o embalse. De esta manera, vuelve a entrar en su ciclo de forma segura, por lo que puede utilizarse de nuevo en energía, agricultura o seres vivos, previa potabilización.
En Barcelonesa, disponemos de una división especializada en el tratamiento de aguas residuales, para dar respuesta ágil tanto a industrias como a instituciones públicas. Queremos apoyar a quienes están dispuestos a hacer un uso más sostenible del agua, por el medioambiente y por las personas.